Después de un arduo día de trabajo o de intensa actividad mental y física, siempre tenemos esa imperante necesidad de descansar en un lugar tranquilo, cómodo, pacífico y sobretodo silencioso. Para algunas personas esto último es importante, pues en ocasiones la única forma de conciliar un sueño reparador es en un ambiente silencioso.
El ruido puede afectar de muchas maneras en nuestro hogar. Si no vivimos en una zona tranquila, lejos del paso de vehículos y peatones, siempre tendremos ruido penetrando en nuestras casas y perturbando toda la tranquilidad de la misma. El ruido está catalogado como un contaminante perjudicial, capaz de afectar a nuestro sentido auditivo.
El ambiente se ve impactado de manera negativa en lugares de nuestros hogares que deberían permanecer en silencio. Los niveles de estrés pueden incrementar de forma exponencial, así como también la irritabilidad. Todo ello se traduce en falta de concentración, poca tolerancia, e irracionalidad para resolver los asuntos del hogar.
¿Cómo es capaz de introducirse el ruido a nuestra casa?
El ruido se desplaza mediante ondas por el aire. Si el aire está a favor del ruido este viajará mucho más rápido. Es casi inminente que estas ondas provenientes de la calle ingresen en nuestro hogar. La parte encargada de reducir el ruido en nuestra casa es la fachada, cuanto más gruesa sea la pared o más capas haya, menor será el sonido que penetre.
Ahora bien, las partes más propensas a dejar pasar el ruido son los puntos débiles de la fachada. En este caso, las ventanas son las que más circulación permiten a las ondas, dejándolas pasar casi en toda su totalidad e intensidad. También dependiendo del tipo de ventana el ruido puede ser más intenso o menos intenso.
¿Es posible mitigar el ruido o anularlo completamente?
Teniendo en cuenta nuestra fachada, y el modelo de ventanas con las que cuenten, existen soluciones apropiadas para ayudarnos a hacer desaparecer gran parte del ruido.
Por un lado, si contamos con ventanas osciloabatibles, tenemos la mitad del trabajo realizado. Estas ventanas son las más prácticas y efectivas para oponerse a las ondas sonoras, ya que el sello que crean con sus alas aísla la parte interna de la habitación o espacio en nuestra casa y le dificulta el tránsito al sonido.
Una ventada de corredera no funciona de forma tan efectiva como una osciloabatible, y esto es porque los espacios dejados entre los marcos, los rieles y el empalme de un ala con otra (en caso de que sea una ventana grande), deja los orificios necesarios y suficientes para dejar pasar las ondas auditivas.
Ventanas aislantes PVC
El aislamiento acústico supone una de las soluciones más modernas para reducir el ruido que proviene del exterior. Ajustándose al tipo de ventana y ofreciendo las mismas cualidades de una ventana tradicional, se ha convertido en la mejor opción cuando de bloquear ondas sonoras se trata.
El vidrio laminado combinado con un panel plástico, en una relación de: un panel de plástico entre dos de vidrio permitirá absorber mucho mejor el ruido, y brindará al usuario una mejor calidad de ambiente.
Las láminas plásticas utilizadas son de PVB (Butiral de Polivinilo), pueden ser enmarcadas con doble o triple capa de cristales y además una cámara de aire que incrementa el efecto de absorción sonoro.
Dependiendo de las necesidades de mitigación acústica existe una solución que se ajusta no solo al problema sino también al bolsillo, por ejemplo, una casa ubicada en una calle de poco tránsito no requiere del mismo servicio que una junto tráfico intenso.
Una buena instalación de una ventana de PVC puede dar como resultado una reducción de hasta 48 decibelios, lo que se traduce en altos valores de absorción.