Las ventanas y puertas de aluminio son la solución perfecta para quienes buscan perfiles elegantes y minimalistas, ideales en una vivienda moderna o en el caso de grandes ventanales.

A la hora de buscar los marcos de las ventanas adecuados, la estética juega un papel importante, pero por supuesto no es el único factor a tener en cuenta. Si tienes que instalar unas ventanas nuevas, tienes que valorar el modelo en función de la estancia en la que las vas a colocar y también tener en cuenta las prestaciones en cuanto a aislamiento termo-acústico y ahorro energético. Para realizar una inversión que te permita estar cómodo durante un periodo suficientemente largo, debes preguntarte entonces por la durabilidad de las ventanas y puertas de aluminio.

Las características de las ventanas de aluminio

Los marcos de aluminio modernos se denominan marcos con «rotura de puente térmico» y se diferencian de los antiguos marcos cortados en frío por la presencia de un material plástico aislante en su interior, la poliamida, que aumenta los niveles de aislamiento térmico y acústico.

De hecho, es un material con una alta conductividad térmica, por lo que los modelos antiguos no son recomendables si se quiere mejorar la eficiencia energética de una vivienda. La vida útil de las ventanas y puertas de aluminio con rotura de puente térmico puede ser de hasta 50-60 años, siempre que se realice un mantenimiento periódico adecuado. Una de las ventajas del material es, de hecho, su excelente resistencia al proceso de oxidación, además de su resistencia mecánica.

La durabilidad de los marcos de aluminio con rotura de puente térmico no es la única ventaja de los marcos de este material. La estructura es fuerte, pero ligera al mismo tiempo, lo que las hace perfectas para los grandes ventanales. Además, los perfiles se pueden pintar de cualquier color para que se adapten mejor a cualquier entorno y, al ser finos, permiten que entre más luz natural.

Resistencia del aluminio en las ventanas

Hablar de resistencia del aluminio significa referirse a la fuerza, la resistencia a la compresión, la tenacidad, la resistencia al agua y a los productos químicos. Las aleaciones en las que aparece el aluminio se caracterizan por una menor tenacidad (es decir, la resistencia del aluminio a la fractura por fragilidad) que el acero.

En efecto, la tenacidad está vinculada al espesor del componente al que se refiere, disminuyendo a medida que aumenta el espesor. Sin embargo, existe un valor mínimo, alcanzado en el que la tenacidad se mantendrá constante.

La presencia de agentes atmosféricos como el moho, las bacterias y los hongos puede hacer que los metales se corroan o se oxiden. El perfil de aluminio, en particular, tiene una propiedad nada despreciable en este sentido, que se oxida en contacto con el aire.

Este fenómeno confiere al perfil de aluminio una especial resistencia al agua y a los productos químicos. El sector de la construcción, en particular, se beneficia de ello, pero también la industria del transporte.

Entre los productos químicos industriales más reconocidos están el ácido clorhídrico y el dióxido de azufre. En cuanto a los perfiles de aluminio, los efectos son, afortunadamente, limitados, disminuyendo con el paso de los días.

Menos evidentes aún son las consecuencias de contaminantes como el amoníaco, el dióxido de carbono y el monóxido. También hay que destacar el escaso impacto de la salinidad en los entornos marítimos. En comparación con otros materiales, la resistencia del aluminio parece muy superior.

Al mismo tiempo, dada su solidez y resistencia, el mantenimiento requerido es mínimo: un paño y detergente son suficientes para completar la limpieza.

Otras ventajas de las ventanas de aluminio

Además de la resistencia encontramos otras ventajas en el uso del aluminio para los marcos de las ventanas:

No forman condensación

En contacto con el aluminio frío, la humedad del aire se condensa y forma una pátina húmeda en los marcos. Con las ventanas de aluminio con rotura de puente térmico esto no ocurre. Al romper el puente térmico, la parte de los marcos de las ventanas que da a la habitación permanece caliente.

Reducen el moho

Una de las consecuencias más desagradables de la condensación es el moho, que prolifera alrededor de las ventanas correderas de aluminio. Al eliminar el problema de la condensación, las ventanas con rotura de puente térmico también reducen el moho y, con él, todos los problemas de salud aérea asociados. Todo esto beneficia al bienestar general de los habitantes de la casa que, de hecho, se vuelven menos propensos a problemas como alergias, asma, irritaciones y trastornos dermatológicos de diversa índole.

Son reciclables

Las ventanas con rotura de puente térmico también tienen la ventaja de ser reciclables. Por tanto, encajan perfectamente en un concepto de economía circular, en el que los materiales no se tiran, sino que se reutilizan, apoyando la ecosostenibilidad. En concreto, el aluminio puede refundirse indefinidamente y con un gasto energético mínimo. Esta característica hace que las ventanas de aluminio sean mucho más respetuosas con el medio ambiente que las de otros materiales.

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